domingo, 21 de setembro de 2014

Grito mundial para salvar la Tierra

Decenas de miles de personas han ocupado este domingo las calles de Nueva York y las de varias ciudades del mundo en la mayor concentración conocida en favor de la lucha contra el cambio climático. La marcha supone una exigencia multitudinaria de adopción de medidas hacia los líderes mundiales presentes en Manhattan para la 69 Asamblea General de Naciones Unidas, que asistirán también a la cumbre del climaque se celebra este martes. Unas 1.600 organizaciones llevaron a las calles a más de 300.000 personas, según los cálculos de los convocantes, que llenaron de color, diversidad y reivindicaciones el asfalto neoyorquino. No fue una marcha ecologista, sino un grito global para impedir que la temperatura del planeta siga ascendiendo y condene a todo tipo de catástrofes a millones de habitantes del planeta. Este mismo domingo se ha sabido que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron un 2,3% en 2013, lo que demuestra que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes.
La marcha ha contado con la presencia de políticos, empresarios, actores y líderes sociales, desde el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, al exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore, pasando por el actor Leonardo DiCaprio, embajador especial de Naciones Unidas, el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, o el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. DiCaprio ha desfilado en el grupo de los pueblos indígenas semioculto tras una tupida barba y una gorra. Uno de los momentos más emotivos se produjo en la Sexta Avenida a las 13.00 horas. Allí se celebró un minuto de silencio por las víctimas del cambio climático. Transcurrido ese tiempo, un estruendo de fanfarrias volvió a ocupar las calles.
La manifestación precede a una cumbre de líderes mundiales promovida por Ban Ki-moon que pretende dar un impulso a la negociación de un nuevo tratado sobre el clima. Dicha negociación deberá cerrarse a finales de 2015 en París. Será el primer encuentro de alto nivel tras el fracaso de Copenhague hace cinco años. Hay anuncios esperanzadores. Los países africanos proponen un corredor de energía limpia desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo. También se habla de detener la destrucción de los bosques en 2030. El Banco Mundial pretende poner un precio a las emisiones. Sin embargo, las divisiones entre los países ricos y emisores y los que no lo son continúan, y los intereses de los primeros amenazan, una vez más, la posibilidad de un acuerdo efectivo.

Para leer más @ El País

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